La comida típica de Francia, con su increíble combinación de sabores, colores, aromas y texturas, forma parte indiscutible del top 10 de las mejores gastronomías en el mundo. Incluso, goza de tal prestigio que en el 2010 la UNESCO la añadió a su lista de Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.
Para muchas personas, la comida francesa se reduce al ratatouille, el vino y el queso. Es más adelante cuando descubren el misterio y magia que la envuelve, y no hay mejor ejemplo de ello que estos 13 platos franceses clásicos, que incluyen deliciosas opciones saladas y dulces.
¿Estás listo para empezar esta aventura gastronómica? ¡Vamos!
1. Cassoulet, una de las comidas más típicas de Francia
El cassoulet es una comida típica de Francia que se caracteriza por ser muy popular entre los campesinos y en reuniones familiares numerosas. Es una preparación rica y abundante que consiste en alubias blancas guisadas lentamente con carne de cerdo y/o pato, y es perfecta para el invierno.
Este plato es originario de los pueblos del sur de Francia, y es especialmente popular en Toulouse, Carcassonne y Castelnaudary. Su nombre proviene de la cassole o cazuela de barro en la que se cocina, y es tan popular que se puede conseguir incluso enlatado en supermercados.
Si quieres probar uno realmente auténtico, hazlo en la afamada Maison du Cassoulet, con restaurantes en cada uno de estos tres pueblos que acabamos de mencionar.
2. Quiche lorraine
Nata fresca, huevos, panceta o bacon, queso gruyere, pimienta negra, nuez moscada y masa brisa o quebrada son los ingredientes necesarios para hacer esta deliciosa tarta salada, conocida como quiche Lorraine. Originaria de la región de Lorena, es el plato de brunch francés por excelencia.
El término quiche proviene del vocablo alemán kuchen, que significa pastel, puesto que la región de Lorena alguna vez perteneció a Alemania, bajo el nombre de Lothringen. Aun así, se ha mantenido como una especialidad culinaria en el este de Francia, aunque también es muy consumida en París.
Cuando estés de visita por aquí, no dejes de probar esta comida francesa en el emblemático Café de Flore, un café brasserie parisino que ha estado abierto desde la década de 1880.
3. Croque Monsieur y Croque Madame
Cremoso y crujiente a la vez, el croque Monsieur es un sándwich francés hecho con pan de molde, jamón cocido, queso gruyere o emmental y salsa bechamel. La salsa se unta por las caras internas del pan, y luego se agrega por encima con más queso para, finalmente, ser gratinado al horno.
Así tal cual ya está para chuparse los dedos, pero luego está el croque Madame, que agrega un huevo frito encima. Esto simula el sombrero de una señora, de ahí viene el nombre “Madame”.
Esta comida típica de Francia se consume en el desayuno, o como le dicen los franceses, le petit déjeuner. El resto de comidas en este país, por cierto, se conocen como le déjeuner (almuerzo), le goûter (merienda) y le dîner (cena). Viene bien aprender un poco del idioma antes de viajar, ¿no?
4. Soupe à l’oignon
Si bien las primeras versiones de sopa de cebolla se remontan a la antigua Roma, la variante más famosa y la primera que se nos viene a la mente al mencionarla es la clásica francesa. Un rico caldo de ternera, vino blanco seco, muchas cebollas, pan tostado y queso gruyere gratinado, eso es todo.
El contraste de sabores y texturas, con lo dulce de la cebolla y lo crujiente del pan que se deshace en la boca, es lo que le da a esta comida típica de Francia su encanto distintivo. Aunque es típica de todo el país, queremos hacer una mención especial a la que sirven en Au Pied de Cochon, en París.
5. Coq au vin, una receta típica francesa por excelencia
El coq au vin es uno de los platos típicos de Francia por excelencia, popularizado en todo el mundo por la chef estadounidense Julia Child, quien convirtió a este guiso tradicional en uno de sus platos estrella. Su nivel de fama es tal que incluso tiene su propio día nacional, el 29 de mayo.
Originalmente se prepara con gallo, un ave cuya carne es más dura e ideal para estofados, pero con el paso del tiempo se ha venido sustituyendo por pollo. Lleva vino de Borgoña, champiñones, zanahorias, panceta o bacon, cebollitas francesas, ajo, hierbas aromáticas y un poco de brandy.
Merece la pena probarlo en un sitio que sea famoso por ello y lo preparen con esmero, es por eso que te recomendamos La Jacobine, en París.
6. Ratatouille, el icono de la gastronomía francesa
Entre tantos platos típicos franceses donde la carne de vacuno y de ave son protagonistas, todavía hay un plato célebre y apto para vegetarianos: la ratatouille. Originaria de la Provenza, es muy famosa por su uso de vegetales frescos de verano y, por supuesto, por la insigne película de Disney.
Con una colorida colección de berenjenas, calabacines, pimientos, cebollas y tomates, la ratatouille es una preparación muy vistosa y sabrosa que puede servirse caliente, templada o fría, como plato único o bien como guarnición. Nada más probarla te sentirás como el mismísimo Alton Ego.
7. Foie gras
Es hora de hablar del famoso, delicioso, elegante y controvertido foie gras, una comida típica de Francia en tiempos de navidad. El nombre de este manjar significa “hígado graso”, y es el hígado de un pato o de un ganso que se agranda mediante una técnica de alimentación especial.
Se suele servir en forma de paté o mousse, acompañado de pan tostado y mermelada, para crear un balance perfecto con su sabor rico y mantecoso y textura suave. Aunque su elaboración no está exenta de polémica, el foie gras pertenece al patrimonio cultural y gastronómico de Francia.
Son reconocidos por la calidad de su foie gras L’Escargot, en París, y La mère Brazier, en Lyon.
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8. Escargots de bourbogne, uno de los platos más típicos de Francia
Los caracoles son, quizás, uno de los platos más famosos de la cocina francesa (o infames, según a quién le preguntes). Es posible que este manjar, que se remonta al Imperio Romano, no sea para todos, pero vale la pena arriesgarse si eres un comensal aventurero y te gusta experimentar.
La receta clásica consiste en caracoles de Borgoña (no son los típicos de jardín) con mantequilla de ajo y perejil. Se sirven calientes, dentro de su caparazón, con pinzas y tenedores especiales, y acompañados de un poco de pan para ayudar a absorber la rica salsa que queda en el plato.
No es difícil conseguir un buen lugar donde degustar esta comida francesa típica. Si de igual manera quieres una recomendación, ve a Le Vieux Bistrot, en París, o a Chez Fonfon, en Marsella.
9. Confit de pato
Seguramente ya notaste el protagonismo que tiene el pato en las comidas típicas de Francia, y eso que nos faltaba hablar del confit. Se prepara con la pierna del pato, marinada en sal, ajo y tomillo por 36 horas y sometida a un lento proceso de cocción, en su propia grasa y a baja temperatura.
Es usual que se sirva con patatas a la Sarladaise como acompañamiento, que son patatas confitadas en la misma grasa; manzanas salteadas en mantequilla o una ensalada verde. Si bien es un plato popular en toda Francia, las mejores variaciones se encuentran en la región de Gascuña.
Y si te preguntabas dónde comerlo, en FrenchParadox sirven el mejor confit de pato de todo París.
10. Boeuf bourguignon
Difícilmente exista un plato típico francés más famoso que el boeuf bourguignon. Es un guiso elaborado con carne de ternera estofada en vino tinto, generalmente pinot noir; caldo, hierbas y verduras frescas, llamado así en honor a la región de Borgoña, y de sabor profundo y delicioso.
Esta joya de la gastronomía francesa, además, tiene un ingrediente clave para el éxito: la paciencia, porque se requieren al menos 24 horas para ablandar la carne en el vino y así intensificar su sabor.
Aunque es muy fácil conseguirlo en cualquier parte de Francia, puedes convertir esto en una experiencia única y diferente y probarlo en el Bistrot des Halles, en la ciudad de Dijon, capital de Borgoña. Por cierto, ¿te suena el nombre? ¡De aquí también proviene la famosa mostaza!
11. Crème brûlée
Empezamos la sección de recetas francesas dulces con la riquísima crème brûlée. Este postre, cuya traducción literal del francés es “crema quemada”, consiste en una crema hecha con nata, yemas de huevo, azúcar y vainilla, a la que se le espolvorea azúcar y se quema con un soplete de cocina.
El resultado es una combinación muy interesante de texturas, entre lo suave de la crema y lo crujiente de la capa de caramelo superior, que queda tan fina como para poder romperla fácilmente con una cuchara. Una cosa es segura: cada bocado de esta maravilla te acercará más al cielo.
No te preocupes por buscar recomendaciones, donde sea que la pruebes no te decepcionará.
12. Tarte Tatin
Según la leyenda, la tarte Tatin comenzó como un error. En 1898, las hermanas Stéphanie y Caroline trabajaban en el hotel Tatin cuando, accidentalmente, dejaron cocinar de más una mezcla de manzanas con azúcar y mantequilla, así que le pusieron una masa encima y la hornearon.
Al estar lista la dejaron enfriar y luego la voltearon sobre un plato. ¿El resultado? Un éxito rotundo entre los comensales. Las manzanas quedan caramelizadas y suaves, con un sabor único, y la masa crujiente contrasta. Se sirve templada, a menudo con nata montada encima o helado de vainilla.
Si vas a París, no puedes dejar de probarla en Angelina. Te encantará este legendario salón de té.
13. Macarons
Lo último en nuestra lista de cosas típicas de Francia es un clásico que dudamos que alguien no conozca, así sea de vista: los macarons. Estos son una especie de sándwiches de galleta hechos a base de merengue, con claras de huevo, almendras molidas, azúcar glas y colorantes alimentarios.
Una vez listas las tapas, se pone un relleno de crema de mantequilla, ganache o jalea de frutas sobre una de ellas, y se cierra con otra. Los macarons son ligeramente húmedos y se derriten en la boca, así que resultan llamativos por sus colores vivos y adictivos por su sabor y textura.
No subestimes nuestro consejo: los mejores macarons de París son los de Ladurée.
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