La relación que tiene Edimburgo y Harry Potter es única. J.K. Rowling comenzó a escribir el primer libro de la saga en un piso del número 94 de St John ‘s Road, en la capital escocesa. Desde entonces, muchos rincones de la ciudad sirvieron de inspiración a la autora para continuar la historia del niño mago.
Algunos lugares se han atribuido mérito y otros, nunca estuvieron en el radar de la reconocida escritora. Por eso, entre todo lo que hay que ver en Edimburgo, vamos a decirte cuáles son los sitios a los que puedes ir para conocer más del origen del famoso hechicero y perpetuar la magia.
1. Nicolson’s Café
Es bien sabido que J.K. Rowling visitaba algunos cafés en los que pasaba largas horas escribiendo. De esos, The Elephant House se atribuyó por muchos años la fama de ser “el lugar de nacimiento de Harry Potter”, pero nada más lejos de la realidad.
De hecho, el local abrió sus puertas en 1995 cuando Rowling estaba publicando el primer libro de la saga.
Así que si estás buscando ir a la cafetería de Edimburgo donde se escribió Harry Potter, entonces ve a Nicolson’s Café.
J.K. Rowling escribió partes de “Harry Potter y la Piedra Filosofal” en Nicolson’s Cafe. Su cuñado era uno de los propietarios del lugar, ella estaba recién divorciada y encontró allí un buen refugio para pasar largas horas tejiendo la historia.
Aunque The Elephant House hizo buen trabajo de marketing y se hacían largas filas para entrar y sentarse en la mesa frente a la ventana que da al castillo de Edimburgo (¡y que se parece mucho a Hogwarts!), está cerrado desde el 2021 después de recibir daños por un incendio.
2. Victoria Street
¿Quieres buscar el Callejón Diagon en Edimburgo? El lugar al que Harry Potter y sus amigos van a hacer sus compras mágicas antes de comenzar las clases, quizá tuvo su inspiración en la Victoria Street, conocida como la calle más colorida de la ciudad.
Sí, es verdad, J.K. Rowling ha dicho ya en varias oportunidades que le gustaba mucho caminar por Edimburgo y que ninguna de estas calles es, en su totalidad, el origen de su callejón imaginario.
Sin embargo, Victoria Street se llena de seguidores de la saga de Harry Potter, quienes ahora pueden encontrar algunas tiendas de magia, con recuerdos y mucha mercancía del niño mago.
El cementerio Greyfriars de Edimburgo y Harry Potter
Va a sonar un poco extraño, pero es normal que la gente pasee por Greyfriars, porque es un lugar tranquilo para leer y pensar. Y es que este cementerio de Edimburgo y Harry Potter están muy relacionados.
Su aspecto inspiró la escena de lucha entre Lord Voldemort y Harry Potter en el cuarto libro («Harry Potter y el caliz de fuego»).
Además, al pasear por las tumbas nos encontramos con dos bien peculiares. La primera es la de William McGonagall, conocido como el peor poeta de la historia de Reino Unido y cuyo apellido usó Rowling para una de las profesoras más brillantes de sus libros: Minerva McGonagall.
La tumba de Voldemort en Edimburgo
La segunda es la tumba de Voldemort. Lo sabrás porque sostiene una lápida con la inscripción de dos personas -padre e hijo- que se llamaban igual: Thomas Riddell.
Para quienes conocen bien los libros de Harry Potter, saben que el verdadero nombre «del que no debe ser nombrado» es Tom Marvolo Riddle y que la historia con su padre está llena de rencor.
George Heriot’s School
Desde lejos -y de cerca también- éste colegio se ve un poco tétrico. Por mucho tiempo se dijo que Rowling se basó en él para crear el famoso Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería, pero la autora lo ha desmentido en varias ocasiones. Aún así, el George Heriot’s School recibe a diario la mirada de los curiosos, aunque su entrada está prohibida.
Y es que este colegio de Edimburgo y Harry Potter tienen algo en común y son cuatro casas divididas por colores: Lauriston (verde), Greyfriars (blanco), Raeburn (rojo) y Castle (azul) que deben ir sumando puntos durante todo el año escolar, para al final ser premiados por sus logros académicos.
Suena parecido a Gryffindor, Hufflepuff, Ravenclaw y Slytheryn, ¿verdad?
Las huellas de J.K. Rowling en la Royal Mile
La Royal Mile es la calle más importante de Edimburgo. Si al llegar buscas el Ayuntamiento (City Chambers), verás en el suelo las huellas doradas de las manos de personalidades importantes para la capital escocesa. Claro está que no podían faltar las de J.K. Rowling.
Están allí desde el 2008, cuando la escritora recibió el Edinburgh Award por su contribución a la ciudad. Y, muy al estilo de Hollywood, los fans que llegan a Edimburgo buscando a Harry Potter, van hasta allá a hacerse alguna fotografía como recuerdo.
Castillo de Edimburgo y Harry Potter
El Castillo de Edimburgo es la atracción más visitada de Escocia. Se levanta en la colina de Castle Rock en el Old Town de la ciudad y se puede apreciar desde varios puntos de la ciudad. Por eso, compararlo con Hogwarts, el colegio de Magia y Hechicería; es muy fácil.
Y aunque J.K. Rowling escribía en ocasiones desde una cafetería con vistas hacia el castillo; ha aclarado que no fue su fuente de inspiración para crear el colegio de Harry Potter.
Le creemos. Pero de todas formas, no deja de asombrar el parecido y no está de más darle un vistazo a una de las fortificaciones más importantes del país. Si vas cualquier día a las 13 hrs, podrás escuchar el One o’clock Gun: un cañón que disparan desde 1861.
The Dog House
Este es uno de los lugares de data reciente y que ha sabido innovar, gracias a los detalles dentro de los libros de Harry Potter . Dog House es un pub en la zona del South Side en el que puedes pedir la famosa Cerveza de Mantequilla que toman los alumnos de Hogwarts.
Lo mejor es que el sitio tiene buen ambiente, los precios no son excesivos y es una buena excusa para brindar en Edimburgo por Harry Potter, el niño que vivió.
El Departamento de Magia de Harry Potter, en Edimburgo
Dentro de la ruta de Harry Potter en Edimburgo, no puede faltar el Department of Magic; un lugar que desde 2018 también decidió apostar por la historia y crear espacios que cautivan a los fanáticos de la saga. No es un proyecto oficial, pero está muy bien y recibe a muchos curiosos.
Aquí todo está relacionado con el mundo de Harry Potter y vas a encontrar dos Escape Rooms temáticas, una taberna en la que puedes apuntarte a clases de cócteles mágicos o tomar alguna cerveza, mientras pides una de sus tartas. Nada mal.
Quidditch en Edimburgo
¡Divertido y muy cierto! El quidditch -el deporte por excelencia en el mundo mágico de Harry Potter- tiene un equipo en Edimburgo. Aunque no lo creas, puedes asistir a ver los entrenamientos y partidos locales de los Edinburgh Holyrood Hippogriffs, todos los sábados y miércoles en el parque de los Meadows.
No te ilusiones: no van en escobas voladoras. Pero tendrás asegurado un rato distinto, tratando de ver quién va a conseguir primero la snitch dorada. No sabemos si es la primera vez que un deporte imaginario trasciende a la realidad, pero es una de las maravillas de Harry Potter en Edimburgo.
Hotel Balmoral
La historia que comenzó a escribirse en libretas y en cafeterías, vio su fin en la habitación 552 del Hotel Balmoral, el más lujoso de Edimburgo. Allí, J.K. Rowling dejó grabado sobre el mármol: «El 11 de enero de 2007, J.K. Rowling acabó de escribir ‘Harry Potter y las Reliquias de la Muerte’ en esta habitación».
Así que si quieres pasar la noche en la suite J.K. Rowling -que es la única manera de ver su inscripción en el mármol- debes disponer de ¡1.000 libras! Bueno, al menos, tiene el desayuno incluído.
Se sabe que después del éxito que alcanzó Rowling con sus primeros libros, ella siguió visitando los cafés y escribiendo en ellos, pero tuvo que dejar de hacerlo por el asedio constante de los fans. Sin embargo, la escritora continúa viviendo en Edimburgo desde 1993.
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