Si llegaste hasta aquí es porque tienes la idea, aunque sea pequeña, de animarte a viajar sola. De vivir en la posibilidad constante de explorar paisajes y otras vidas; de encontrarte a ti misma en cada parte del camino recorrido.
Ya lo dijo Lao Tsé: “un viaje de mil millas comienza con el primer paso” y entonces, lo que queda es hacerle caso al instinto y dejar que ese revoloteo de emoción en el estómago se convierta en el guía perfecto para iniciar la aventura.
Pero siempre nos asaltan las dudas y la maleta comienza a llenarse de ese sobrepeso innecesario que es arrastrar con los miedos propios y de quienes nos rodean: ¿por qué te vas por tanto tiempo? ¿y ya sabes dónde vas a dormir? ¿te alcanzará el dinero para comer? Y muchas preguntas más.
Por eso, después de 12 años de viajar sola por Europa, quiero darte algunos consejos que he ido aprendiendo en el camino. Espero que te den el impulso que necesitas para comenzar tu propia aventura.
11 consejos para viajar sola que te abrirán la mente
Decir que “viajar te amplía la mente” quizá sea un cliché, pero es cierto y de esa amplitud se derivan muchas reflexiones. Así que quiero dejar algunos consejos para todas las mujeres viajeras que quieren atreverse a ir más allá y que vienen desde mi propio aprendizaje por el camino.
1. Está bien viajar sola
Porque es un constante descubrimiento. No tan solo exploras los destinos a tu ritmo, sin apuros, sin compromisos, sin tensiones; sino que aprendes a reconocerte a ti misma mientras viajas.
Sabes cuáles son tus miedos, tus límites, lo que te cuesta, lo que se te hace fácil, lo que extrañas y lo que no.
Se viaja por dentro y por fuera al mismo tiempo y eso hace que todo te sorprenda o, al menos, eso es lo que yo trato: que cada viaje me sorprenda como si fuese el primero.
2. El mundo no es tan peligroso y tan malo como te cuentan
Sí, veo las noticias a diario. Sé que suceden atentados, tiroteos, que hay robos, violaciones y más. Sé que hay gente con no tan buenas intenciones, pero viajando te das cuenta que no puedes quedarte en casa para sentirte protegido y a salvo por siempre.
Hay que salir y ver el mundo con nuestros propios ojos y así poder decirle a otros que lo intenten.
3. Las personas son amables
Al viajar sola te consigues con gente que te brinda más que una mano para que puedas continuar con tu travesía y sin ningún otro interés que no sea el de ayudarte, o conversar un rato.
Además, conocer a personas que te cuenten de dónde vienen, qué hacen, cómo viven, te abre un universo de culturas inimaginable. Te llenan de historias, te hacen recorrer otros sitios que no tenías en mente. Aprendes, conversas, creces.
Los viajes para singles son otra alternativa si viajas en soledad pero quieres estar en un grupo de personas afines a ti.
4. Viajar sola te aleja de los prejuicios
Justo antes de salir te dicen que estás loca e incluso, te señalan. Dicen que eres arriesgada, que viajar no es fácil, que es un peligro.
Cada quien emite sus juicios desde sus propios miedos y cuando te alejas de todo eso, descubres que nada se parece a todo eso que intentan imponer como verdad única.
5. Entiendes de paciencia y flexibilidad
Cuando nos movemos por el afán de ver, de llenarnos de historias, entonces sabemos que hay que estar dispuestos a aceptar los virajes del camino.
La paciencia se fortalece y ser flexibles nos permite improvisar, salirnos del plan previo (si es que había alguno), aceptar sugerencias de otro. Siempre digo que se trata de escuchar cómo la ruta va hablando y hacerle caso.
6. Al viajar sola te das cuenta que no necesitas mucho para ser feliz
He desarrollado una renuncia a lo material de manera espontánea. Cuando viajas y te toca pasar la noche al borde de un río, en una choza bajo la que guinda una hamaca y andas descalza por ahí; alcanzas niveles de felicidad que te hacen entender que no necesitas mucho más.
Viajar sola te ayuda a despojarte de todo lo que crees necesitar y cada vez viajas más ligera, más abierta a ver, a sentir, a vivir.
7. Viajar sola no te convierte en heroína
Cuando me ven viajando sola -y esto no solo me pasa a mí- me preguntan de dónde vengo, qué hago, a dónde voy. Al contar que soy periodista, que viajo y escribo, me miran con los ojos bien abiertos diciendo: “Wow! eres la mujer maravilla” y luego dicen: “¡yo quiero tener una vida así!”
Y la verdad es que yo solo hago lo que me gusta: uní mi profesión (el periodismo) con mi pasión (que es viajar) y resultó esta mezcla de moverme por donde se me antoje relatando historias. No soy una heroína. Solo hago lo que me gusta.
8. Despierta tu curiosidad
Al viajar solas estamos buscando respuestas. La curiosidad nos mueve, nos revuelve, nos hace preguntarnos cosas. Y entonces, exploramos los mapas para decidir los caminos, para respondernos.
Siempre digo que los lugares me llaman y es por eso, por la curiosidad que me generan según cómo me voy sintiendo. Si te preguntas a dónde viajar sola por primera vez, haz caso a lo que estás sintiendo. Y anda.
9. Viajar sola también cansa
Y no te sientas mal por eso. Viajo con mi cámara fotográfica, varios lentes y mi ordenador. Empaco, desempaco, dejo todo bajo llave. Vuelvo a salir.
Cargo peso, busco direcciones, me pierdo, estoy atenta a todos los detalles que suceden a mi alrededor porque los quiero contar.
Anoto, pregunto, me quedo dormida. A veces no quiero salir. A veces quiero salir siempre y no quiero dormir. Y de repente, no me quiero mover más, así sea por dos días, porque estoy cansada, porque quiero lavar ropa y que huela bien, porque quiero leer y hacer nada. Créeme, te va a pasar.
10. Somos muy pequeños
No viajo para decir que soy la que más viaja, sino porque me interesa y me conmueve profundamente lo que veo. Con cada viaje me doy cuenta que sé muy poco de muchas cosas, que cada día aprendo más, que la naturaleza me arropa, que las ciudades me cuestionan, que soy un punto muy pequeño moviéndome en un planeta cuya inmensidad es inimaginable.
Así que no viajo con ansias de explorador que conquista territorios, sino como quien entiende que ya mucha gente ha pasado por allí y ha visto y se ha maravillado.
11. Una vez que estás en la ruta, no quieres detenerte más
Porque es justo después de cada viaje (o cuando está a punto de terminar) que te das cuenta que pudiste viajar sola, que lo volviste realidad, que no fue tan difícil como te contaron. Es en ese momento -casi mágico- donde tu mente te grita todas estas cosas y las entiendes.
Entonces, decides que vas a llegar a casa, lavar la ropa y salir otra vez, no importa cuánto tiempo te tome el irte y cuánto dure el viaje. Lo importante siempre será moverse.
¿Quieres viajar sola? Mis recomendaciones
Revisa tu presupuesto
Hay que comenzar por el principio: antes de viajar sola, establece cuánto puedes gastar tomando en cuenta vuelos, hospedaje, comida y transporte. Digamos que la parte mala de viajar es reconocer que organizar el viaje consume tiempo y más, si tenemos que adaptarlo a un presupuesto.
Para que puedas ahorrar más, puedes hacerte de una tarjeta Revolut, para que puedas disponer mucho mejor de tu dinero, sin cobro de comisiones. Es una herramienta útil que vas a valorar cuando estés en la ruta.
Decide el itinerario
Arma un itinerario previo (aunque luego improvises). Fíjate la distancia entre los sitios que quieres conocer, el costo de vida en cada una de ellos para que no se desajuste tu presupuesto y traza una ruta que puedas cumplir.
Esto te dará seguridad en cualquiera de los destinos que elijas para viajar sola por primera vez.
Duerme en hostales
Más allá de que sea una manera más económica de viajar, los hostales son el sitio ideal para conocer a otros viajeros y aterrizar en otras culturas. Sé flexible ante la idea de compartir habitación con otros, de conversar.
Lo primero que vas a descubrir es que, aunque estés viajando sola, te sentirás acompañada. Y eso es maravilloso. Si te interesa, revisa mi artículo donde te explico qué es un hostel y como funcionan.
Dale una oportunidad al intercambio de casas gratis
Lo dicho, quizá no estés acostumbrada a compartir habitaciones para dormir, pero una vez que te quedas en un hostal y haces actividades para conocer la ciudad en un entorno seguro; te puedes abrir a la posibilidad de vivir una nueva experiencia en un futuro, como por ejemplo: aventurarte a hacer un intercambio de casas.
Aquí te dejo una guía de HomeExchange para que pierdas la desconfianza a esta modalidad de hospedaje gratuito.
Confía en tu instinto al viajar sola
Al viajar sola debes hacerlo también con tu sentido común, sin importar el destino.
Toma las previsiones básicas de seguridad como: resguardar tus pertenencias, evitar lugares que se vean solos, respeta las normas y cultura y confía en tu instinto cuando te sientas en alguna situación desfavorable.
Mantente comunicada
Si estás emprendiendo la aventura de viajar sola, te sentirás más segura si le comunicas a tus amigos o familiares, cuál es tu ruta y en qué sitios estarás. Por eso te recomiendo tener internet móvil ilimitado, tanto para que puedas informar a tus seres queridos, como para que puedas revisar mapas, utilizar apps de viajes y más.
Viaja segura
Siempre apostamos porque los viajes sean maravillosos, pero sabemos que a veces pueden pasar imprevistos de salud, pérdida de vuelos o de maletas (algo que no te pasará usando el Apple Airtag).
Así que no escatimes en invertir en alguno de los mejores seguros de viaje, para evitar malos ratos en el camino. De todos los años viajando, me he visto 3 veces en la necesidad de utilizar el seguro y ha sido un alivio resolver circunstancias que no puedo manejar.